La identidad digital, ya es el presente
La utilización de IA combinada con visión artificial, aprendizaje automático, la mineria de datos y la revisión de todo ellos por expertos en documentoscopia, hace que la fiabilidad en la verificación sea nuestra carta de presentación.
Asimismo, existen innumerables fuentes para evaluación la legitimad de los documentos de identidad basadas en integraciones con API, SDK que distintos gobiernos de todo el mundo proporcionan.
El crecimiento de la conectividad y el uso de dispositivos móviles están cambiando la manera de relacionarse los gobiernos con sus ciudadanos, y las empresas con sus clientes. El obstáculo en todas estas relaciones es saber si la persona que se encuentra detrás del dispositivo, es quien dice ser, es decir, la confianza y fiabilidad de la identidad digital del cliente/ciudadano. Un sistema de verificación fiable y con las más altas cotas de seguridad en las comunicaciones garantiza la posibilidad que los usuarios se relacionen con la confianza necesaria.
La evolución del fraude es constante y rápida. Hace unos años, el objetivo del defraudador era ocultarse bajo una identidad falsa y conseguir créditos y tarjetas bancarias que nunca abonarían. En la actualidad, el objetivo es engañar a las autoridades con el fin de obtener documentos legítimamente expedidos mediante identidades ficticias, y siendo conseguido, ampliar sus “negocios” a través de todo tipo de empresas e instituciones.
Creando estas identidades sintéticas, el defraudador no siente la presión de las autoridades policiales y de la justicia, por no existir una persona que se sienta perjudicada, que son quienes normalmente, informan a las autoridades mediante la denuncia de la usurpación de su identidad y es donde comienzan las investigaciones.
La creación de identidades falsas en combinación con datos robados auténticos, identidades de fallecidos o menores y/o números de documentos de identidad, sumado a la globalización, dificulta toda investigación y aumenta los gastos de la misma. Debemos ser proactivos para disminuir el impacto.
El aumento del fraude sobre la identidad digital es una realidad y poseemos medios para combatirlo.